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lunes, 2 de mayo de 2016

A dos cuadras de casa, en Perú

La noche de Cusco, fria y estrellad
He dejado La Paz y he visitado la comuna Santana.
He vuelto a Cusco, capital de antiguo imperio Inca.
Empecé con el pie izquierdo en Cusco. El hostel donde iba a hacer un voluntariado ya tenía personal. Realmente me re cagaron. Nunca vi a un voluntario en ese hostel. Quedaba en la punta de un cerro, literalmente. Subir era un calvario y me quedé ese día porque bajar con el peso de la mochila, cansado y defraudado, no daba.
Finalmente me estoy hospedando en un hostel cerca de Plaza de Armas, la plaza central de Cusco, a precio económico y con un amigo, Andres, que conocí en La Rioja en casa de una couch.
Cusco, denominada la capital arqueológica de América, tiene muchísimos lugares para conocer, muy atractivos, ademas de Machu Pichu. El inconveniente es el costo de ingreso a esos lugares: bastante elevado (al menos para mi bolsillo). Así que camino por la ciudad, dibujo y pinto en las plazas.

Caminar Cusco significa: subir escaleras -muchas escaleras-, toparse constantemente con los jaladores de las casa de turismo o de los restaurantes; encontrarse con muchos turistas, muchas camara de fotos, muchas iglesias, capillas, conventos, perros callejeros, policias con silvatos dirigiendo el transito, veredas pequeñas -más pequeñas que en el centro de Salta- y mujeres muy lindas.
Otra cosa que estoy disfrutando es la comida peruana, que tiene fama internacional y bien merecida. El costo de los menúes es muy económico y los platos repletos de felicidad para mi cuerpo. El menú es, entrada, principal y una bebida (gralmente. un jugo). Obviamente se encuentra de todo, pero no deja de ser económico y rico. Por ejemplo, en los mercados se puede acceder a un menú por 4,5 soles (alrededor de U$S1,4 o 20pe argento) 
Pero caminar, pintar y comer no fue lo único que hice en este tiempo en Cusco. También me he reunido con un artista, Justo Cano, quien me abrió su lugar de trabajo para una entrevista. Un placer conversar con él y aprender más sobre arte. Ese arte que tengo abandonado y útimamente me está llamando de diferentes formas.
Así estoy en Cusco, tranquilo y volviendo a mis deseos personales en la pintura. 
¿Será que este viaje se está transformando?
Cierto, a veces me olvido que todo se transforma!

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