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domingo, 17 de abril de 2016

Unos días en Bolivia

Aski uruquipa. Nayan sutijax satawa Paolo.
Palabras nuevas, palabras antiquísimas de un pueblo olvidado.
He tenido la oportunidad de conocer la comunidad de Santana el fin de semana pasado. Una comunidad al norte de La Paz, camino al Titicaca. Las casas en las laderas de los cerros, los animalitos en el camino, el verde del trigo, los colores de los ahuayos; el silencio, todo lo compone Santana. 
Fui invitado por Annette, una señorita que conocí buscando host en couchsurfing. El evento organizado por la Universidad de Aymara Vivo, inició el día sábado en la mañana, pero yo llegué el domingo, algo tarde. Conocí a los jefes de la comuna y a los responsables de esta Universidad. Aprendí algunas palabras y caminé por el hermoso poblado. Me invitaron a comer pesque (quinoa, leche y queso) y conocí a unos jovenes muy agradables con quien luego me encontraría.
Este sábado 23 y domingo 24 se repetirá el encuentro y el miércoles 27 se inaugurará oficialmente la Universidad; para esta ocasión pretendo quedarme en el lugar pintando.

En las calles de Uyuni conocí a Yuki, quien me presentó a Asahi y posteriormente a Megumi. En La Paz, el miércoles, día previo a mi viaje a Coroico, me invitaron a cenar y tomar unas cervezas. Brindamos, comimos y reímos hasta más no poder. Con quien más hablé fue con Asahi, en un inglés rústico, un japones anestesiado y un español inexperto. Él fue quien preparó "Spaguetti-lemon", que estuvo muy rico, siendo algo nuevo para mi. Yuki, en si, es el verdadero cheff y preparó unos platos sencillos y riquísimos. 
Nos despedimos muy tarde, la noche helada de La Paz fue una grata amiga. "Algún día, algún año" llegaré a Ibaraki y tocaré la puerta de sus casas.
Terminando este resumen, creo que se merece un capítulo aparte el viaje a Coroico. Mientras el sol sale, en las montañas las nubes intentan surcarlas, yo termino este resumen.

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