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miércoles, 12 de octubre de 2016

En una montaña en Quito

Parque El Ejido
Veo la ciudad iluminada y como la niebla desciende y la cubre hasta apagar aquellas luces del valle. La metrópoli parece apacible, sumida en un silencio que provoca calma.
Estos días caminé mucho por el centro histórico, por los parques, por las calles de una ciudad que también me invitó a pintarla.
Momentos de lluvia, momentos de pensar. Momentos de sol, momentos de hacer. Ambos momentos fueron de gran aporte para definir cosas en este viaje que siempre se está organizando.
A punto de embarcarme en un recorrido por el río Amazonas, el cielo decide derrumbarse sobre Quito para despedirme. En este momento se escuchan los renacuajos en el patio y las gotas golpear sobre el techo del lavadero.
Hace unos días llegué a casa de Fernanda, mi couch en Quito. Aquí me recibieron también, Alex y Jorge. Fernanda tiene 3 perros y 1 gato; aunque hay otro perro dando vuelta la casa, este último no ingresa a su hogar. Fernanda ha viajado y vivido en Argentina durante 3 años. También conoce México y otros paises. Le gusta el folclore argentino y transmite una tranquilidad, junto a los otros chicos, que me siento cómodo estar aquí, en su casa.
Hemisferio norte y sur

Hace unos días fui al museo Inti Ñam -Camino del sol-. El museo fue construido sobre la linea del ecuador, la latitud 0°0'0''. El museo muestra algunas comunidades del Ecuador, explica algunos conceptos físicos y te dan la posibilidad de equilibrar un huevo sobre un clavo. Fuera de esto, es interesante el reloj de sol que tienen expuesto y saber que en los solsticios la sombra se proyecta perpendicular a la tierra en el cenit; es una experiencia que me gustaría ver en algún momento.
A unos metros -unas cuadras- se encuentra la "Ciudad Mitad del Mundo". Está mini-ciudad es más concurrida (aunque la linea realmente no pasa por esta ciudad).
Tanto el museo Inti Ñam como la ciudad Mital del Mundo están al norte de la ciudad de Quito. Se puede llegar con un bus desde el centro de la ciudad. El viaje no tarda más de 20 minutos.
También se puede encontrar lugares para comer barato en esa zona, así que aproveché para hacer ambas el día que fui.
Ahora sí, dejando atrás la linea ecuatorial, me percato que volví al hemisferio sur. ¡Es primavera nuevamente!

Antes de despedirme, les comparto la entrevista a la Escuela de Bellas Artes de Cusco.

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