Monumento Chibcha en la Plaza de Funza. |
Ander me invita a desayunar un tinto con un tamal que preparan en la panadería de la esquina de casa. Allí nos atiende Carolina, una muchacha amable, simpática y muy atractiva. Ander le saca palabras y una sonrisa con facilidad, cualidad que no poseo y me hace gracia.
Volvemos a casa y desayunamos como reyes, luego cada uno inicia su actividad.
Nuestros días se han vuelto agradablemente rutinarios. Ander trabaja desde casa, yo volví a estudiar. A las 10 de la mañana hacemos un descanso, tomamos la pelota de básquet y vamos a jugar canastas en el parque que se encuentra a dos cuadras de casa. Al mediodía, dependiendo de los ánimos, cocinamos o vamos a comer algo fuera de casa. Ya por la tarde Ander acompaña a Adriana a la facultad y yo derivo por ahí.
He conocido unos lugares muy lindo para tomar un tinto y escribir mientras medito en los siguientes pasos del viaje.
En una semana retorno a Ecuador y aquí llueve, se despeja, sale el sol, se nubla y vuelve a llover.
Recorrí pocos lugares, como dije, este se volvió agradablemente rutinario.
A mi regreso de Ecuador el movimiento será otro, mientras, disfruten de las fotos.
Ander errando otra canasta. |
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