Me tomaré un tiempo en la ciudad, cuando regrese a mi casa, y retomaré viaje más tarde. Sí, eso haré. Ahora me alejo y me veo descendiendo por el sendero de los Andes para cruzar a Chile.Mañana será un gran día, lo será; alguien me invitará a desayunar y me llevará hasta Londres, en la Rioja. Desde allí un camionero hasta la ruta que une Catamarca y La Rioja. El calor será tanto que otro camionero se percatará y me levantará sin que le haga dedo para alcanzarme hasta Caucete, en San Juan. Ese mismo día una familia en su Torino se ofrecerá a llevarme hasta Mendoza donde luego de caminar hasta una estación de servicio y charlar con un automovilista, que se entusiasmará con mi viaje, me alcanzará hasta la ruta 7. Cuando camine por esa ruta una joven hará subir por primera vez a un mochilero en su auto y me llevará hasta Uspallata. Unos chilenos en el camping me invitarán un asado y un rico vino. Descansaré allí y el día posterior llegaré al Cristo Redentor, frontera con Chile. Desayunaré chocolate caliente y un joven ecuatoriano me hará cruzar al país vecino para luego regalarme un paseo por Santiago y 15000 pesos chilenos pues querrá que llegue a la costa. Llegaré al Pacífico una tarde mágica, justo cuando el sol esté por irse a dormir. El mar me envolverá en su frío manto y una pareja de ancianos me invitará a cenar esa misma noche. Luego, después de tanto recorrido, recién podré volver a Buenos Aires, a mi rutina.
Ahora, es tiempo se subirme al camión que se detuvo y llegar a Cafayate.
Muy lindo ...tu viaje es espectacular sigue adelante viajando..
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